viernes, 1 de marzo de 2013



GRACIAS CARLES, POR ESTA PORTADA
Este diario de mi vida, que acabará siendo un libro, tiene como finalidad mostrar y demostrar que un impedimento, por importante que sea, no es causa para no poder ser una persona feliz y útil para los demás. Intentaré explicaros mi caso particular para que veáis que esto es así. Mi nombre es Teresa, mi lengua habitual es el Catalán, para poder ayudar a más gente uso el Español, mi otra lengua, que nos ayuda a romper distancias y a cruzar el mar, los sueños y las esperanzas..
Gracias a todos por leerme y seguirme.

Derechos de autor y legalidades:
-La titular de los contenidos de este blog, declara que no renuncia a los derechos legales de autoría sobre los contenidos visuales o escritos de su trabajo. Como es natural, la narración de un relato autobiográfico implica nombrar o reseñar a terceras personas. En forma alguna si pudiera pasar que alguien no quiera ser nombrado, la autora persistirá en hacerlo, al contrario de comunicárselo, de inmediato se borrará o rectificará. El fin de este blog no es lucrativo, aunque sus contenidos aspiren a convertirse en un libro físicamente impreso. Para cualquier otra problemática, que pudiera acontecer, quedamos bajo el amparo legal de las leyes vigentes procedentes al caso, a las que intentamos sujetarnos y ampararnos siempre.

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UNA VIDA MUY ESPECIAL


Me llamo Teresa Puig Guyal y quiero hacer un libro sobre mi vida.

Introducción:

Mis padres, Antoni y Júlia, se casaron el 29 de octubre de 1989,  mi padre tiene tres hijos más,  que son  mayores que yo.
Nací el día 2 de septiembre de 1990, pero mis padres, no me esperaban hasta finales de octubre. Fue un día movido, el de mi nacimiento,: mi madre se encontró mal por la mañana, era domingo y mi tía Rosa, que es la hermana de mi madre, decidió celebrar su santo en casa, donde mi madre guardaba reposo por lo complicado de su embarazo. 
Por ello, se marcharon a la clínica Quirón de Barcelona a toda prisa y después de hacer pruebas médicas y una cesárea a mamá, a las 7 de la tarde nací.

 A partir de entonces comenzó la historia de mi vida.

Voy a relatar desde el primer año de mi vida:

Desde  la clínica Quirón, y dentro de la incubadora de una ambulancia, me trasladaron al hospital llamado: Vall d´Hebrón, uno de los más importantes y mejor equipados de Barcelona.
Las cosas no fueron fáciles, presintiendo quizá que mi existencia tampoco lo sería.
Mi madre y yo, no nos pudimos ver hasta una semana más tarde. Mientras tanto mi padre venía cada día a verme para explicarle lo que decían los médicos a mamá. 
Mi situación entonces era muy especial. Yo tenía el pelo abundante y muy negro, dicen quizá en broma, que parecía un cepillo. Durante una semana permanecí llena de tubos y cables, cosas de médicos...
Cuando a la semana me visitó mamá, ya solo tenía un drenaje en la cabeza. Me vio, lloró, se emocionó y se puso muy alegre al ver que movía mis manos y mis pies.   
Volvió a la clínica mi madre y no la dejaron volver definitivamente a casa hasta unos días más tarde. Entonces cada día mis padres me visitaban en la "Vall d´ Hebrón " hasta el día 1 de octubre que pudimos ir los tres a casa.
 Al llegar a Canet, primero fuimos a casa de los abuelos, Joan y Júlia  que todavía no me habían visto y se pusieron muy contentos.
En casa mamá había preparado una cuna con los personajes de cuentos bordados con punto de cruz, también las sábanas, las almohadas, la colcha, la bolsa, las toallas, y  todo lo demás estaba decorado con los mismos personajes.
Mis padres quisieron bautizarme, mamá quería un vestido muy bonito y se le ocurrió ir a una tienda, "L´Arca de l´Avia", especializada en ropa antigua de novias, bautizos, y trajes de época.
Gran parte del vestuario de la película, "Titanic" fue adquirido en esa tienda de Barcelona.
Encontró un vestido de seda natural con encajes, que se  llevó, a una  a una tintorería  especializada en este tipo de ropa, según propuso la dependienta de la firma, para ello dejaron el vestido y unos días más tarde, fueron a buscarlo.
Al ser mis  abuelos personas ya mayores, dijeron que no querían ser los padrinos - que es lo tradicional en Cataluña- y que me apadrinaran personas más jóvenes. 
Mi madre le dijo a la tía Rosa si le gustaría ser mi madrina y ella, muy contenta, dijo que sí, el padrino fue mi hermano , que entonces vivía con nosotros, lo aceptó muy contento.
 El día del bautizo asistió toda la familia.
También asistieron algunos amigos familiares. 
A las 4 de la tarde del día 22 de diciembre me bautizaron en la Parroquia de San Pedro y San Pablo de Canet de Mar.
La ceremonia del sacerdote, antecedió a un banquete en un hotel de la misma localidad.
En casa vivíamos con una perrita, llamada Tana, que siempre estaba delante de la puerta de mi habitación como si me vigilara, dicen que si venía alguien a verme se ponía a ladrar y tenía que entrar con mis padres.
Parece ser que era una niña muy dormilona, que comía muy bien y pronto no tuvieron que darme biberones por la noche.
Cuando mamá volvió a trabajar,  por la mañana me llevaban a casa de mis abuelos maternos que hacían de niñera hasta las tres de la tarde; entonces  me venían a buscar  mis padres y nos íbamos a casa.
Cuando cumplí seis meses me llevaron a la guardería "Les Abelles", era la abuela Júlia la encargada de acompañarme cada día y durante el verano también venía Enric, mi primo, y siempre me guardaba, me protegía y me hacía reír .
Así iba transcurriendo el tiempo, mi tiempo, el que me ha tocado. Aquel verano fuimos a Andorra de vacaciones, allí un día al intentar erguirme, me sostuve débilmente e inicié un par de pasos, pero esto no se repitió. Entonces mis padres comenzaron a preocuparse, no había manera de permanecer erguida y sostenerme sin ayuda, así que decidieron llevarme a la consulta del pediatra para que les diera alguna solución, pues era evidente que había algún problema. 
Frente a la situación, el médico pediatra, les sugirió visitar a un especialista en neurología que, según él, era el mejor de Barcelona. No sirvió de nada, aquel médico mandó realizar unas pruebas y finalmente concluyó que padecía un cierto retraso motor y necesitaba hacer fisioterapia para endurecer la musculatura. 
Como que padecía una luxación en la cadera derecha, en el Hospital del Mar, de Barcelona, debían practicarme antes de nada  una tracción mecánica para colocarme la cabeza del fémur en su lugar correcto. Después de 20 días tumbada en una cama con las piernas colgando, que cada día las forzaban a abrirse un poco, me pusieron un pantalón de yeso desde la cintura hasta los tobillos.


Había ido pasando el tiempo, ya casi al año y medio, y después de múltiples sesiones de fisioterapia cuyo efecto no era el esperado, pues seguía sin poder mantenerme erguida, era evidente para mis padres, que el diagnóstico del médico no era correcto, hasta ese momento, se creía que mi problema era motor, y recuperable con procesos fisioterapéuticos específicos . La situación se tensaba, la última vez que fuimos a la consulta del doctor, éste  se puso a vociferar ante la imposibilidad de mantenerme en la postura erguida que él deseaba, creyendo que era por falta de voluntad.
Mis padres  que ya estaban hastiados ​​de decirle que no progresaba, al ver que me ponía nerviosa y lloraba mucho , con los intentos fallidos del médico de ponerme en pie,  tomaron la decisión de abandonar la consulta y dejarle con sus tesis en la boca.
Al día siguiente mi  madre fue a la guardería de asistencia habitual, y preocupada comentó, con su titular la Sta. Blanca, el hecho transcurrido en la consulta del neurólogo, preguntando su opinión al respecto.
 Entonces ella nos sugirió  a la Fundación Maresme de Mataró, como el lugar, a su juicio, más adecuado, para obtener una opinión facultativa correcta.  Recomendó, en particular, la asistencia de  la doctora Mercè Pinerda,  titular en el Hospital de San Juan de Dios, especialista en niños, de la que ella era reputada neuróloga. Solicitaron una  consulta con carácter de urgencia, que fue atendida de inmediato.

En la primera visita, mis padres, explicaron a la doctora detenidamente, todo lo que había sucedido en y desde el embarazo. Mamá había tenido una gestación difícil, y yo nací a los siete meses, en una situación, como ya he relatado, muy compleja.
La doctora, atendió detenidamente, todas las preguntas y dudas, que mis padres planteaban desde el primer momento. Finalmente, preguntó ella por el nombre del especialista que me había tratado hasta entonces. Al pronunciar su nombre, la doctora exclamó, con sorpresa, una necesidad de empezar a realizar de forma urgentísima una serie de pruebas neurológicas, que no se habían realizado hasta entonces. Sería después de estas, cuando se podría realizar un diagnóstico asertivo, no antes.
Empezaron con completas analíticas, radiografías, pruebas de resonancia nuclear en la cabeza y finalmente una resonancia magnética desde el cráneo hasta el coxis, incluyendo toda la columna vertebral. 
Cuando tuvo los resultados hizo el diagnóstico:  Yo padecía una Distonía muscular aguda.
 No pudo concretar su origen exacto, ni lo que había pasado durante la gestación, pero a su parecer, eso ya no era relevante de cara a las pautas terapéuticas que había que iniciar.
Diré, de forma general,  que lo aconsejado era hacer seguimientos periódicos de mi estado general y neurológico y sobre todo mucha fisioterapia;
a este fin,  nos dirigió al Dr. Joan M. Terricabres, traumatólogo, quien se centró de inmediato en la posición  de mis caderas. Nos dijo que mientras se mantuvieran las cabezas del fémur en la misma posición y la escoliosis de la columna vertebral no empeorara, la fisioterapia sería efectiva y la única terapia posible.
Nos remitieron al CDIAP (Centro de atención infantil y atención precoz de Mataró), me había de someter a tres sesiones cada semana y así transcurrieron dos años.





El día de Reyes de 1992, yo todavía llevaba un pantalón metálico que me mantenía las piernas abiertas, papá se caracterizó de rey Melchor para la cabalgata de Reyes de esas Navidades, le hacía mucha ilusión porque así podría venir a traer los regalos a casa. Fuimos al ayuntamiento y nos hicieron una foto mientras él me sostenía, aunque de cierto, cuando vino a casa yo ya dormía como un tronco.
Mientras tanto  seguía yendo a la guardería y mi madre me llevaba a Mataró tres días por semana. Cuando cumplí 4 años ya entré en la Escuela L'Arboç de Mataró y todos los tratamientos me los siguieron realizando allí. También  consulté al oftalmólogo por problema  de estrabismo en el ojo derecho, cuestión que me resolvió quirúrgicamente.

La primera semana que fui a Mataró me llevó mi madre y también me venía a buscar, la semana después, me acompañó con el autocar sólo en la ida, a partir de la tercera  semana ya no me acompañaron más a Mataró, así, mis padres me dejaban en la estación del autobús  por la mañana y me venían a buscar por la tarde, también me acompañaba o esperaba esporádicamente algunos amigos, Enric y mi abuela, así como mi tío Juan y la tía Rosa, no recuerdo más, aunque probablemente los hubiera.
Ir a la escuela y retirarme el pañal fue cosa de una semana, mi maestra se llamaba María Travé era morena y muy cariñosa. En la guardería empecé a articular palabras sueltas, pero en el Arboç primero me hacían hablar con un panel silábico, pero María   se percató de que sabía hablar y me estimuló mucho, empecé a contar cosas de la escuela a mis padres y a las personas que conocía,  como al personal de la escuela, pero me costaba hablar con  gente desconocida.
 En casa también hablaba más. y finalmente se ve que dejé de tener miedo a hablar con cualquier persona, desde entonces dice mi madre que ya no me callé !!.

En el autocar además del conductor había dos personas que hacían de monitores de acompañamiento, cuando yo empecé el conductor cada día era diferente pero los monitores eran dos chicos que vinieron dos cursos, después a uno le sustituyó una chica llamada Agnès y cuando se fue el otro joven lo sustituyó la madre de Agnès hasta final de curso. Con posterioridad, la sustituyó A*****, por cuya negligencia, viví  una experiencia terrible en mi vida, que me ha dejado secuelas, y que me ha supuesto un gran desatino.
 Era muy antipática, dicha monitora, y un día olvidó sujetarme al asiento, con las debidas fijaciones,  aunque que mi compañera de asiento,  Analia, la increpó al ver que  me vencía en el asiento hacia un lado, finalmente caí, me golpeé y me rompí un diente. Fue sustituida , y al poco tiempo, además, asignaron al bus un chófer fijo, que todavía hoy es el chófer del mismo.

Como lo son las actuales monitoras, que  todavía hacen esta ruta, después de múltiples cambios.

El juego de Boccia:

Tenía yo, unos 14 años, asistía a las clases de la escuela para chicos con necesidades especiales llamada  L´Arboç, que está es Mataró, cuando en la escuela nos comentaron la necesidad de practicar algún deporte una vez a la semana, la directora del centro contactó con la federación deportiva catalana  de paralíticos cerebrales y las profesoras seleccionaron las personas idóneas para poder integrarse en la práctica de la Boccia entre las cuales yo me encontraba. También había la posibilidad de practicar, como hice yo, al mismo tiempo otro deporte llamado Slalom. 
Estos deportes los practicábamos en el mismo centro, una vez al mes íbamos al pabellón municipal, esto lo pensó el entrenador con la finalidad de desbloquearnos de la rutina. Los miércoles venía el entrenador de 2 a 4, pues primero solo practicábamos Boccia, pero después propuso Slalom, que supuso extender el horario a la mañana de 11 a 12 de la mañana para tal fin. No obstante yo solamente practiqué los dos deportes durante un año, la razón de dejar de practicar Slalom fue doble, por un lado me fatigaba mucho ya que este deporte de circuito, es muy cansado y para mi estado particular no del todo cómodo, por otro la dificultad de poder asistir a tantos entrenamientos y competiciones. Opté por la Boccia. Este juego es una petanca adaptada para personas con discapacidades motoras. 





CON MI PERRITA TANA 
CON MI AMIGO AITOR
NOCHEBUENA 94
EXCURSIÓN AL PIRINEO
CON MI PADRE
SETAS, MI PERRO Y PAPÁ


LA" MONA" PASCUA 1994
VERANO 94. MOLLÓ







CON MI SOBRINA











MI  TERCER CUMPLEAÑOS


EL BELÉN



















Nota de trabajo (David f.)
-Hasta aquí, hemos narrado la primera infancia de Teresa, de la que ya existía un borrador redactado con su madre, en lengua catalana. Al no existir, como es natural, memoria viva por parte de Teresa de su vida hasta aproximadamente los 5-6 años, posponemos la narración cronológica, y proseguimos, relatando acontecimientos puntuales que después se ubicarán en el conjunto narrativo, pero que de momento, serán sesgos del mismo y con entidad propia. Teresa, con ayuda de su madre, seguirá narrando la parte que falta, y que iremos progresivamente publicando siguiendo el guión general narrativo.
Andorra-2003

Bomberos en Mataró.Visita escolar-2002
Con mi madre y mi abuela-2002

FOTOS DE CARNAVAL


NARANJAS DE LA CHINA, NA

PIRATAS
¿COCINAS?


A mis 18 años:

Narración de los tres cursos realizados en la escuela "EL PONT DEL DRAGÓ" de Barcelona.





A modo de introducción:




Explicaré, pues el vídeo está en Catalán, que el centro "Pont del Dragó" es una institución educativa de Barcelona para personas con necesidades especiales, que recientemente ha cumplido su 25 aniversario, al que yo acudí con 18 años recién cumplidos y hasta los 21.
Guardo como se verá un recuerdo entrañable de todos ellos, profesores, personal y compañeros, y un profundo cariño y agradecimiento. 

...Había ido pasando el tiempo, yo estaba escolarizada en un centro próximo a mi localidad, que se llama Arboç. Ya relataremos en su momento mis vivencias allá, de momento situémonos una mañana cualquiera, del año 2007, unas profesoras, Nuri e Inma, me comentaron que visitaríamos Barcelona. Creí que , como otras veces, iríamos al museo del chocolate, o tal vez al museo de la ciencia, pero en esa ocasión, me aguardaba una sorpresa maravillosa, visitaríamos una escuela-instituto, para poder seguir con mi educación, adaptada a mis limitaciones físicas, que desde niña me mantienen unida a una silla mecánica, con una movilidad muy restringida, básicamente puedo mover y usar la mano izquierda, y poco más. Para cualquier otra actividad, necesito asistencia, pero mi comprensión y capacidad intelectual, siempre ha sido reconocida y aplaudida en las escuelas que he estado. Mi carácter, es a juicio de mis profesores, cordial, optimista, abierto y generoso, me gusta aprender y hacer cosas, lo cual me hacía idónea para la escolarización en el perfil del "Pont del Dragó". Faltaban tres o cuatro semanas para la visita cuando llena de entusiasmo, curiosidad y emoción, preparamos todos los compañeros una serie de preguntas, que escribimos en el ordenador, con ayuda de Inma, para poder formular en el centro el día de la visita y así poder saber bien qué, cómo, y de qué manera se hacían las cosas allá, cosas que por otra parte serían las que haríamos allí los que  finalmente nos decidiéramos a ir.
Nuri, la profesora, conocía directamente al director del centro de Barcelona, que de ahora en adelante denominaremos Pont. Ellos tenían una relación profesional de modo que nosotros teníamos la oportunidad de poder visitar el instituto de manera privilegiada. Toda esta situación, había ido creando una sensación en mí de nerviosismo y de expectación, todo iba a ser nuevo, profesores, educadores, compañeros, todo, absolutamente todo. En casa, en la relación con mis padres, eso también había tenido una repercusión, pues yo no paraba de plantearme el tema una y otra vez, hasta el punto que me tuvieron que subministrar un tranquilizante para devolverme a la normalidad. No es que estuviese mal, es que estaba entusiasmada, y a veces, ciertas formas de entusiasmo, acaban con el efecto contrario al esperado.
Finalmente llegó el día, era un Jueves, nos montamos en el transporte adaptado, compañeros, Inma, Nuri, y la fisioterapeuta del centro y arrancamos motores en dirección al Pont. Mi corazón latía rápido, estaba muy nerviosa, todo parecía dar vueltas. Llegamos por fin!!.
Después de una breve espera, Jordi Escoín, el director, nos atendió, y pudimos visitar el centro extensamente y formular todas las preguntas que habíamos preparado durante las semanas anteriores. En el Pont había dos posibilidades, estudiar administración o Artes gráficas. Mi decisión era firme, yo deseaba la segunda. Diré aquí, que en Mataró, localidad que alberga el centro Arboç, existían unos módulos profesionales, tipo taller, que eran otra opción, en principio para mí, pero que por razones objetivas quedaron descartados en mi caso particular. Era el Pont o nada, y se me habría un mundo nuevo debajo de mis pies, un mundo lleno de colores y formas desconocidos hasta entonces, un panorama brillante y alegre que bien merecía esos nervios angustiosos que en ese momento se apoderaban de mí. 
Cuando entré en el edificio del Pont, la primera sensación fue que todo era muy grande, muy espacioso, y que había mucha gente. Todo esto quizá era debido a que el centro en el que yo había estado desde los tres  años hasta los 17 que tenía entonces, se me había ido quedando pequeño. Aquella tarde, después de la visita digamos formal, estuvimos en las dependencias de recreo interior, donde comimos y empecé a pensar. Aquel sitio se me hacía muy cercano incluso en el desconocimiento que del mismo tenía, y sobretodo se me hacía muy sugerente pensar todo lo que allí podría hacer. Yo estaba acostumbrada a ser parte de la ayuda que mis profesoras pedían en clase, mis limitaciones a pesar de ser severas en lo físico, no lo son en lo intelectual, y esa circunstancia me ayudó siempre a servir de algún modo de "puente" entre mis compañeros con más dificultades y mis profesores, todo esto me ayudaba, por lo que supone de confianza, a la hora de vencer el miedo natural que experimentamos frente a lo nuevo y desconocido, mas cuando viene acompañado de serios cambios en los hábitos cotidianos y en las relaciones habituales. Cuando llegué a casa empecé a contar todo lo vivido, con la esperanza de que mis padres lo entendiesen. No lo sabía pero empezaría pronto un verano previo al cambio más trascendental de mi vida desde niña. El día después de la visita, mi sensación era extraña: tenía un sentimiento difícil de explicar, como si estuviese perdida. Era consciente que todo lo que había supuesto mi cotidianidad en los últimos años iba a cambiar, me producía inquietud dejar a las personas que me habían ayudado y que habían sido fundamentales, durante años, desde el conductor del autobús, hasta las mismas profesoras y compañeros, a pesar de haberlo hablado y razonado, seguía teniendo ganas de llorar, sentía la pérdida irremediable, sentía que se acababa algo, y las demás personas yo percibía que sentían de modo análogo. Las relaciones humanas, tan fundamentales en la vida, en caso de discapacidad devienen, ya no fundamentales sino completamente necesarias, en garantía de solidez, y de apoyo. Todo aquello podía tener una lectura positiva, en el sentido que la esperanza en lo que haría en el Pont me parecía fantástica, pero esto no quitaba lo complejo del tema, que intentaba aliviarse, estrechando los vínculos con todos los que hasta entonces eran mi universo, merendábamos, nos abrazábamos, hablábamos, llorábamos. Tenía un nudo en la garganta, básicamente todos  sentíamos lo mismo. Aliviaba saber que los sábados seguiríamos viéndonos en Mataró en el centro llamado "Esplai Rabadà", un "esplai" en catalán viene a significar un centro de actividades pensado para el descanso y el recreo, esto de traducir palabras a veces no es tan sencillo, las palabras no dejan de ser figuras escritas de la realidad que describen, pero nunca con una palabra podemos estar seguros de poder decir todo aquello que quizá, con una caricia o una sonrisa puede expresarse en silencio.
Llegó, el verano, como los anteriores, iría al centro de Canet de Mar, llamado "Terra i Cel", donde durante las vacaciones, hacíamos actividades propias del mismo, como excursiones, talleres de cocina,visionado de películas, salidas por el pueblo,  playa, piscina, o pintar y dibujar, cosas que yo hacía con cierta dificultad, pero con mucho interés. De más niña, había ido al centro equivalente en Mataró, donde hacíamos más o menos lo mismo, pero los grupos estaban montados básicamente por edades, cosa que en Canet no era , ni es, así. Pasó el mes de Junio, Julio, y  en Agosto, con mis padres fuimos a Osor, con una amiga-monitora, cuyo nombre es Anna, y su hermana. Osor, es una pequeña localidad, de la provincia de Gerona, que antaño fue famosa por sus minas de plomo y plata. Mi abuela materna, que ha fallecido muy recientemente, había trabajado en la planta de flotación y lavadero de la mina Leonor, donde se beneficiaba la Galena y la Fluorita, que con terminología minera llamaban 
GALENA Y FLUORITA
Espatos de Plomo y de Flúor. La tecnología que había desarrollado la empresa minera en "Minas de Osor" era puntera en España y en el mundo, siendo una de las más eficaces y modernas de la época.
Todo lo que he contado de las minas, me lo había relatado mi abuela, que tenía una memoria excelente.
Aquel verano en Osor, no fue muy distinto a los otros, la casita que tenemos allí, que había sido de mis abuelos, la compartimos, en vacaciones, ahora, con mi tía Rosa y mis primos, de modo que cuando nosotros volvemos ellos van, o viceversa. La casita, tiene las habitaciones en la planta superior, y esto para mí es un impedimento, de modo que hemos acondicionado un sofá-cama, en la sala de estar, que permite poder descansar maravillosamente en las frescas noches de verano de Osor. La zona de Osor, recibe el nombre de "La Selva" precisamente, por ser la vegetación muy abundante, y el agua de un río muy torrencial que se llama en Catalán "Riera d´Osor", muy fresca y reconfortante.  La pequeña localidad, es muy pintoresca y bonita, recibe muchos visitantes en verano.
Nosotros aprovechamos la cercanía a la ciudad de Gerona, que es la capital de provincia, para poder realizar las compras en unos grandes almacenes, del material que yo iba a necesitar para el nuevo curso escolar en Barcelona, en el Pont. Básicamente, una mochila y una carpeta, pues el resto de material lo provee el mismo centro. Como vino Anna, mi amiga asistenta con nosotros, como ya hemos contado, esto permite que podamos hacer muchas cosas, ir a la piscina, asistir a una "butifarrada" tradicional, celebración en la que se come  un embutido que se hace con carne de cerdo y especias y que se asa sobre el fuego, y se acompaña básicamente con "pan y tomate", otra especialidad catalana, para darle al pan sabor y personalidad, se unta una buena rebanada de pan de "pagés", esto es, un pan grande, redondo muy fibroso y tradicional, con unos tomates pequeños y muy olorosos, que se llaman "de penjar", pues permiten una larga conservación, si se les semi-seca y se les mantiene en ristras colgando del techo; pues bien, después se añade aceite de olivas y sal, el resultado es un pan maravilloso, fresco al paladar, nada ácido, y muy suave, ideal para comer la butifarra y las judías que también suelen acompañar al plato. También suele añadirse a esta comida popular  salsa mayonesa, ligada a mano, bien espesa, realizada con buen aceite y arte, suelen prepararlo las señoras del lugar, en grandes morteros de mármol y con mazos de madera de olivo, es todo un mérito conseguir esa maravilla de salsa en su punto.


EL PUENTE DE OSOR


PRIMER CURSO 2008-2009

El verano había terminado. La rutina habitual, se vio totalmente cambiada por el hecho de tener que adaptarse a la estructura del centro Pont del Dragó.
Empezaban las clases a las nueve de la mañana, teníamos que estar en la puerta a las ocho y media, cosa que  nos obligaba a levantarnos a las seis y media, tomar un zumo, y salir a toda prisa con el coche de mi padre, que era el conductor, hacia Barcelona ciudad.
 A aquellas horas, había bastante tráfico, pues la jornada laboral, para muchas personas empezaba también. A las dos y media, mi padre me venía a buscar, ya acompañado de mi madre, que solía venir también. Soy consciente que para ellos esto suponía un esfuerzo monumental, pues de hecho, eran cuatro los viajes de 50 kilómetros  que había que hacer cada día.
 A pesar de estas inconveniencias todos lo llevábamos muy bien pues el centro era magnífico y mi trabajo allí fructificaba constantemente, estando yo muy motivada y positiva durante todo la jornada.

Las personas con discapacidad, tenemos una serie de necesidades especiales que obligan a tener ciertas disciplinas para hacernos la vida más fácil. Una de estas disciplinas es el orden, otra la puntualidad, por estas razones, la estructura del centro en tanto diaria y en tanto global era muy estructurada, para evitar complicaciones innecesarias. Las clases empezaban después de entregar en taquilla todo el material y ropa de abrigo, se distribuían en secuencias de dos a tres diferentes materias por día.

SEGUNDO CURSO 2009-2010


TERCER CURSO 2010-2011

Al final de este curso, se organizó un viaje a Berlín, aquí está la fotografía, el viaje duró cuatro días, fuimos en avión, me angustió mucho esta primera experiencia de vuelo, así que tomé muchas tilas durante los días previos al viaje, y el mismo día. Felizmente todo anduvo bien, el viaje fue un éxito de organización para los veinte "turistas" y los monitores.
Visitamos desde la puerta de Brandeburgo, y hasta hicimos un crucero fluvial por el Spree.


EN BERLÍN

ETAPA DELS GARROFERS 2011-

Yo ahora vivo en una centro para personas con necesidades especiales, se trata del campus residencial de la fundación "Els Garrofers".


El campus, que está en Canet de Mar, consta de  un edificio central que alberga las dependencias  administrativas, de dirección e intendencia, así como las médicas del centro, cuenta además con piscina, salas de reuniones y demás necesidades, y una serie de casitas independientes donde propiamente vivimos los residentes. 

Hay seis casitas, de diferentes colores según las características de cada grupo de personas que componen el total de los que residimos en Garrofers. 

Hay dos casitas amarillas, en estas viven personas que tienen en el centro una residencia parcial, de modo que únicamente pernoctan y tienen acogida básicamente nocturna, tienen por lo demás salida diaria a talleres y lo componen una veintena de residentes.

Hay dos casitas rojas, yo resido en una de ellas.

Las personas de las casitas rojas necesitamos atención de los  monitores  que se dividen en turnos de mañana, tarde y noche para asistir a todas nuestras necesidades básicas todos los días. Básicamente cabe diferenciar dos tipos de necesidades en estas casitas, las que hacen referencia a limitaciones de tipo físico, que es mi caso, y aquellas otras cuya limitación o enfermedad es de carácter psíquico. En las dos casetas azules, que completan el conjunto, y una de las cuales todavía no está activa, cuyo número es el seis, básicamente encontramos la misma distribución que en las rojas.

El centro, no ajeno a la difícil circunstancia de este colectivo de personas, va ampliando la cobertura a los diferentes niveles competenciales que le son propios, en número y en calidad, tarea no fácil siempre, dadas las múltiples variables que condicionan y definen cada una de las necesidades especiales que alberga. 

El edificio integra un jardín amplio, que durante los meses de verano, cumple con la función de acogida y estancia, más, si cabe, que los espacios interiores. 

Dado el clima mediterráneo y benigno de la región en que residimos, incluso los días soleados de invierno, permiten estar en el jardín.

El edificio es de nueva planta, tiene una factura de carácter moderno y a mí me gusta.

En estos momentos el centro acoge una cincuentena de personas y para ello, directivos a parte, cuenta con unos sesenta monitores que dan asistencia individualizada a las necesidades específicas, como he comentado.




Información corporativa facilitada por el centro:
El campus residencial del garrofers, es un centro que atiende a las personas mayores de edad afectadas de diferentes tipos de discapacidad de nuestra localidad y adyacentes.
Está estructurado en seis unidades de convivencia o casetas en las cuales los residentes viven con carácter familiar.
Durante la semana se realizan actividades cuyo objetivo es desarrollar al máximo sus capacidades, favorecer su integración social y aumentar su autoestima, favoreciendo al máximo su calidad de vida.
Nuestros  residentes participan en acividades dentro y fuera del centro, como ejemplo citamos: petanca, música, piscina, psicomotricidad, talleres plásticos y visuales, estimulación multisensorial, cine, estimulación cognitiva, etc.

En estos momentos tenemos el proyecto de conseguir un ordenador adaptado, para obtener fondos, estamos recogiendo tapones de plástico, como elemento central de una campaña destinada a tal objetivo que permitirá realizar actividades de estimulación cognitiva, a la vez que trabajar con nuestros residentes  aspectos importantes como la memoria o la atención.
Gracias por su colaboración.



La vida cotidiana en Garrofers:


Como ya dijimos, el mes de Noviembre se abrirá la caseta número seis. Esto supondrá un cambio a diversos niveles en la organización del centro. Habrá cambios de ubicación de compañeros residentes, acorde a sus necesidades y particularidades. Hay que tener en cuenta que algunas personas tienen enfermedades de tipo evolutivo, eso supone que con el tiempo va cambiando su estado, y por lo tanto hay que ir adecuándose a cada nueva situación. Este no es mi caso pues mi lesión neurológica es irreversible pero estable, lo que supone una característica diferencial muy importante, mi situación es mi situación, no es redundancia ni repetición, quiero decir que soy predecible y estable, con los cambios de humor o de salud que puede tener otra persona, ni más ni menos.

 Estos cambios, conllevarán también una reorganización de los asistentes y personal, no debe ser fácil organizar la asistencia a las personas que residimos, sobretodo a aquellas que tienen más compleja característica. Hay que entender que algunas personas tienen enfermedades de diferente pronóstico que en algunos casos pueden determinar estados de comportamiento muy variable y difícil de tratar, esto es muy importante para tenerlo presente cuando se valora o se describe la actuación profesional o corporativa de un centro, explico esto para que las personas que pueden leerlo y que estén en situaciones parecidas lo tengan siempre en cuenta. 

A mi modo de ver, las personas que trabajan con nosotros, es fundamental que tengan, mucha capacidad de escuchar y entender, lo que se llama empatía, y es fundamental también que tengan un carácter que determine un comportamiento suave, entendiendo por tal adaptado a cada caso, a parte de una capacitación técnica. No es fácil que las personas tengan estas características. 
A día de hoy, 22 de Noviembre, la caseta seis ya está abierta. Se inauguró el día 11 del corriente, los compañeros residentes integran diversas circunstancias psíquicas y físicas. Ha habido una remodelación de todas las casitas, se han redistribuído personas para optimizar los servicios y atenciones, supongo que se intenta dar homogeneidad, en lo posible, a cada grupo. Han entrado varias personas nuevas, que ya son parte de nuestra residencia.



          -Actividades creativas en la Residencia:
Dentro de las diversas actividades que ya veníamos desarrollando regularmente, talleres y artes plásticas, teatro...Ahora han empezado un par de nuevas: -músicas del mundo y el taller de radio. Yo participo en la segunda. Esta acividad se divide en dos sesiones, una más reducida en número de asistentes, y otra más extensa, yo formo parte del grupo más numeroso, en total somos quince. La actividad consiste en que cada uno de nosotros podemos preparar un parlamento de unos 5 minutos, que leeremos para radiodifundir, a través de la emisora local de FM, de forma regular, todavía no se conocen los detalles concretos.

En principio la inauguración de la emisión está prevista para  el día 19 de Diciembre, que es el día que celebraremos la entrañables fiestas de Navidad. Si no es posible cumplir este objetivo, se hará en otra fecha de igual importancia. 
Yo tengo dos temas para desarrollar, la terapia con perros para personas con dificultades sensoriales, psíquicas y/o físicas. y la meteorología, o sea seré la "chica del tiempo"de la casa.

VACACIONES Y VIAJES POR EL MUNDO:

  Hola a todos!! Después del verano 2013, estamos otra vez aquí, dispuestos a contar historias y a seguir con el relato de mi vida. De momento os cuento un poco como han ido estas vacaciones, un poco diferentes, pues la chica que me acompaña normalmente, Anna, no pudo acompañarme a Osor, me enteré de ello y rápidamente pensé en Samanta, otra chica del entorno de las asociaciones que normalmente frecuento, y estuvo de acuerdo.  La experiencia ha resultado un éxito, todo ha ido bien, le agradezco, de corazón, su simpatía, su cariño y afecto, su gran dedicación , pendiente siempre de mí y de mis necesidades. La estancia en Osor, ha sido muy agradable, me han visitado varios amigos, y todo ha resultado feliz. Vamos a poner unas fotografías de todo ello, así esta experiencia, puede resultar agradable, también para todos vosotros.


VIAJE A PORT AVENTURA. PARQUE TEMÁTICO. NOVIEMBRE 2013.




 El fin de semana, de los días 22 al 24 de Noviembre, he estado con mis padres, la cuidadora  y amiga Ana, y su hermana Claudia, en Port aventura, en Tarragona. 


Crónica del viaje:
Salimos de Canet, el viernes 22 por la tarde, fuimos a Masnou a recoger a Claudia. Después fuimos a merendar en una área de servicio, y continuamos hasta el Hotel Port aventura, donde nos alojamos en las habitaciones 1101 y 1002. Esa tarde, antes de cenar, fuimos a ver a Papá Noel y el "caga tió", tronco navideño, que trae regalos por Navidad en la tradición catalana.
Nos acostamos después de cenar.



El sábado 23, desayunamos, nos preparamos para un día de visitas muy largo, y la primera sorpresa fue el Pájaro Loco, personaje de dibujos animados.

 Nos hicimos una foto. Después en el parque, unos músicos nos dieron la bienvenida, subimos a un trenecito para visitar las áreas temáticas de China y Polinesia. Hicimos fotos. Por la tarde estuvimos en varios espectáculos, entre los que había una  las aves, con los loritos que comían de la boca y la cavalgata de reyes.
Cenamos y dormimos.
El domingo 24, dedicamos un tiempo a la compra de recuerdos, y  vimos un espectáculo de Pompas de jabón, a cargo de Pep Bou. También visitamos el far west. Vimos un espectáculo de hielo y ballet, que me gustó mucho. Los bailarines eran de diversos paises.




Apuramos el día hasta el final, partimos cansados y contentos, a las siete de la tarde, para llegar a Canet a las ocho y media más o menos.









Yo la llamo Teresa, pues a veces oigo otras personas llamarla Tere. Siempre la he llamado así, Teresa, y ella siempre me ha respondido con una sonrisa. A veces el nombre es importante, solo a veces. Lo más especial de todo pero, y ella lo sabe, es que te llamen, escuches tu nombre y sientas la voz que te busca, te necesita.
Al escribir sobre Teresa me viene al recuerdo un amigo y una edad, Bernat y mis cuatro años. Creo que era el año 1981, estaba con mi padre altísimo entonces, bajito ahora. En pie a su lado. En frente Bernat, sentado en una silla de ruedas en medio de un pasillo que acababa en el salón de su casa. Recuerdo perfectamente lo que dije a Bernat ese día, ese instante. Una frase que me saqué de la chistera de la inconsciencia sin pensar en las consecuencias. Eso sí, con la intención de hacerme el gracioso. Por aquel entonces de los cuatro años, todos los amigos y amigas de mis padres, reían de mis graciosidades. Así que llegó el día en que dije e hice algo que no debía. Algo impertinente, de mal gusto, doloroso por sensibilidad, y que solo los niños y niñas dicen y hacen por naturalidad aceptada por los mayores. Y no porqué sea cierto, tal y como se dice coloquialmente: los niños y el vino son los únicos que dicen las verdades. Pero a veces sí, y no por el continente y la forma, sino por el contenido.
Bernat había sufrido un accidente de coche y creedme intentaba hacerle reír, a él, a los presentes y a mi padre:
- Bernat, ¡sin piernas y en una silla de ruedas pareces un mono!- mi padre soltó un. ¡Xavi!. Queriendo decir: “¡pero qué has dicho hijo, cállate!” y Bernat dejó escapar una sonrisa congoja y añadió: - No pasa nada, tiene cuatro años…-
En fin, con un perdón y con un:“Es un niño”. Todo quedó arreglado. Aunque no había nada que arreglar, realmente. Con el paso del tiempo Bernat y yo, nos reíamos de aquel día. Y era uno de los temas recurrentes y repetitivos de sobremesa de las celebraciones amarinadas con vino y cava.
Entre otras cosas, no son las verdades lo que envidiamos de los niños o de ser niños. Sino su ausencia de perjuicios, su inocencia, su sinceridad, su naturalidad. Su sed de aprendizaje, el saber, el porqué de las cosas, ilusionarse por algo o por todo. Hay la percepción individual por un elitismo inculcado social que a partir de un cierto momento todo se debe saber. Aunque por modestia, falsa o no, digamos lo contrario y “hipocritemos” en el acto.
Como niño suelo decir lo que siento, como adulto pocas veces digo lo que pienso.
Creo que tenía 22 años cuando conocí a Teresa. Seguía y sigo haciéndome el gracioso, el simpático, pero con más prudencia que en mis monólogos anteriores, evidentemente. Parecía el típico monitor dulzón y paternalista con aquella mirada cándida de “pobrecita”. Sí, sentí pena y rabieta contenida por verla sentada en una silla de ruedas. Pero a medida que pasaba el tiempo, su sonrisa perenne de ayer y de hoy, me hizo olvidar la silla de ruedas y esa pena que parece otorgar cierta superioridad innata. Por muy tópico que parezca me sentí pequeño a su lado, y hoy sigo sintiéndome pequeño y aleccionado. Seguiré tirando del tópico para relativizar aquellos problemas que creemos pensar que al lado de otros son insignificantes. Pero no hay que pensarlo como adulto, sino hay que sentirlo como un niño.
A veces recurro al recuerdo de Bernat y a la sonrisa de Teresa, para encontrar la fuerza necesaria que me hace sentir que puedo con ello si quiero. Y hasta hoy, así ha sido y así es.
Gràcies Bernat ,
Gràcies Teresa.

Amb records i somriures, vostre…

Xavi.


ALEA IACTA EST

por David Flores

En lo sustancial, referido a los hombres, hoy sé tan poco como ayer, pero la suerte está echada.
Teresa me recuerda que el tiempo no retorna, y que  cada uno de nosotros estamos limitados, y dependemos de nuestras limitaciones. 
Si vivir es dudar, nuestras dudas son nuestras posibilidades y entonces poco cabe esperar.
 Vivir debe afirmar, debemos escapar de la tiranía del relativismo pues existen principios más allá de la duda.
La Justicia supera a toda  forma de convención o acomodamiento social, las palabras pueden perder, y  han perdido muchas, su semántica propia por la repetición y el mal uso. Teresa es un ejemplo del valor intrínseco de las palabras, para ella la sonrisa es felicidad, y la mirada es afecto, carece de doblez. Esta particularidad la hace muy singular, pues su limitación la lleva, no a la duda sino a la afirmación, sus palabras son conceptos. Su conocimiento sirve. Su limitación física no ha impedido su fortaleza humana, su buena voluntad, ni su capacidad de transmisión de la belleza. No conozco muchas personas así.

Ayudo a Teresa por un imperativo que surge de una pasión, no de una pena o una voluntad irenista. Mi imperativo prospera en la Ética que mide la altura de los hombres. No puede rebajarse a lamento aquello que puede alzarse a bondad.
Seguiremos haciendo de las palabras  historias pues como sentenciaba San Ignacio, en tiempos de desolación nunca hay que hacer mudanza, y menos si la suerte está echada, añado yo.

Un abrazo. 

David.